miércoles, 24 de octubre de 2007

Un joven de 23 años, D. O. Ll., falleció al mediodía de ayer en la UCI del Hospital Clínico de Valencia
El joven presenció una fortísima discusión entre un hombre y una joven, a quien el desconocido presuntamente llegó a amenazar e insultar en varias ocasiones. Como tantas otras veces, los distintos testigos fueron pasando de largo, pero D. no pudo obviar lo que estaba viendo. El chico se acercó a la pareja y le preguntó a la chica si necesitaba ayuda o si quería que hiciese algo.
La reacción del novio no se hizo esperar. Sin mediar más palabras, David M. G., de 27 años, propinó un puñetazo a D. en plena cara. El brutal impacto le hizo caer de espaldas y golpearse la cabeza contra el suelo. El chico ya no volvió a despertar.


Apago la radio
- - - - - - - recubierta de escarcha roja.

Avanzo entre los sesos esparcidos
de un gato - hoy amanecieron
borrando la flecha que indica
el sentido.
(Nadie aminora- yo tampoco.)

Pienso en la noticia del joven muerto.

Fue en el levante, en los naranjos,
ese joven podría haber sido yo,
o peor aún: Él.
Habría parado, estoy segura,
y yo jamás volvería a sentir su calor.

Ya en mi universidad, ¿qué pasa? Hay revuelo,
alguien se acerca y me dice:
Daniel ha muerto.
Y entonces lloro y recuerdo
que no dijeron su nombre
y por eso
- - - - - apagué la radio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una mierda, lo hice en cero coma, pero no me podía callar...

Lutxía.

Anónimo dijo...

Lucía, no llores por el muerto, que los valientes seguirán siem- pre vivos en el recuerdo. Llora por los cobardes (como en el metro de barcelona) que no se mueven de sus asientos.Un abrazo de Félix.

Anónimo dijo...

No lloro por los muertos, lloro por la gente que pasa de largo, por los que apagamos la radio cuando la noticia nos resulta taaan lejana que ni nos inmutamos, x los q seguimos bebiendo el último sorbo de café mientras hacen el recuento de los muertos que hubo-que hay-que habrá-

Así que sí, compañero,no sé si entendiste el poema pero si lloraba era por lo que decías, por los cobardes que no se(nos) mueven (movemos) de sus (nuestros) asientos. Y debería quitar el paréntesis, porque yo soy la primera que pasa del mundo. Apagué la radio, eso es verdad. (También los sesos del gato, y la muerte.)

Un beso enorme Félix! A ver si nos vemos hoy!

Velocet dijo...

La casualidad a veces viene vestida de negro. Es triste que lo haga cuando alguien levanta la mano para enfrentarse a la cobardía de algunas miradas.

:/