lunes, 12 de noviembre de 2007

Tao

Normalmente sucede así: casi sin querer, siempre con ese karma. Y de esa forma desenvuelta, como página a página por un libro de tradición oriental, de miles de años amarillos de los ojos que lo han visto, con título enrevesado y aglutinador que añade matices místicos de sabiduría legendaria y raigambre revolucionaria. Como la primavera tras el invierno. Nos vamos contando. La más clara de las respuestas, asomando por la arena de nuestras conciencias. Y entre dos tipos que se preguntan y se cogen respuestas. Tres horitas conversacionales, bastan, para desvelar los secretos mejor guardados (aquellos que están en nosotros mismos), uno empujado por otro. Sin prisa. Por el camino de una tarde….Más que iluminador, un chispazo. Contagiado por el otro, empático. Que se hace brecha, hasta lo más profundo que se torna vértice, y emerge, y se desarrolla.
Y el movimiento de superficie enturbiado de los artefactos del ámbito del engaño (las palabras), y por debajo: todo lo alto, que dibuja claramente lo que emborrona lo otro. Lo que piensas y me llega, lo que pienso y recoges. Mientras vibramos cerca y estamos en el baile.
Y pienso:
No tengo ni idea de cómo voy a poder pagar eso…. Pero bueno, tengo unas ganas enfermizas, terribles, de empezar a hacerlo. Sentir de esa forma las cosas, sin ningún prejuicio con toda la intensidad de la más leve de las sutilezas.

No te preocupes por el dinero, o por el trabajo, Sergio, dale espacio a tú atención sobre las cosas. Ya saldrán ellas solas.

¿Qué quiere decir todo esto?, el camino que he recorrido, ¿cómo sentir de esa forma? Tantas preguntas, tantas incógnitas que inciden y apresan, que no queda lugar para que broten solas, libres, a los oídos acostumbrados a no escuchar.

Te va a cambiar la vida, hermano. Sentir las cosas como son, en su medida sin límites, ni condiciones, ni imposiciones, ni ego….

Es cierto, en vez de un par de infusiones, cuatro o seis cervezas, y en el lugar de algo de meditación, sólo transciende, el humo de tres petas de hierva. Pero que claro queda todo por unos instantes, pensado, por lo menos una vez…. Y el lugar crece hasta ser todos los sitios. Sí, tienen que cambiar las cosas, y mucho. Y creo estar en el mismo sitio, por el mismo camino que siempre he recorrido. Pero esto es: EGO.
Hace unos días se me ocurrió la imagen de que la vida no era como un tabulador que te permite pasar a la siguiente celda, y se lleva lo que has andado. Pero no había estado todavía en el Montgó, con su interior lleno de cristal, ni había sentido con esa intensidad las cosas. Sin ninguna intención más que sentirlas. No sé si en otra celda (no me van las prisiones), tal vez un salto de página que deja el espacio libre, para que las cosas sucedan como quieran, suavemente empujadas con toda la voluntad de la que aún carezco.

Ahora amigo David, el significado de nuestras charlas, de nuestros contactos y nuestros abrazos, tienen un sentido más completo. Ahora se sienten las cosas distintas, sin ninguna pretensión, ampliando la percepción tan fuera de uno, que a uno le llega todo de una forma diferente. Y lo holístico que repercute en lo físico, y lo físico incide en el mundo. Y el baile continúa, dándote cuenta que bailas. Todos en la misma sintonía….

David, en dos días he sentido más, he cambiado la forma de relacionarme tanto, a escuchar desde fuera, como en toda mi vida. Como nunca, como siempre, pero siendo consciente. Desprendidos los condicionamientos, al menos algo, como para sentir de la forma que lo hacemos. Sin pensar: dime, dime, dime… o dame, dame, dame… que yo sé lo que ocurre, que yo emito mis juicios

Cuanto me alegro amigo, pero yo no sé nada, no tengo ni idea de lo que ocurre, de lo que es eso.

Ya, pues anda que yo. Pero estamos en el camino.

Bueno…

Ya lo sé…, otra vez habla mi Ego. Es difícil… Y a la vez tan fácil. Gracias, un millón de gracias por todo.

Entre amigos, no hay gracias, hay sonrisas.

Y espacio….

Sí, y espacio.

Espacio para permitirnos ser como somos. Espacio para escuchar. De todas formas, gracias por ayudarme a entrar, por permitirme sentir, como magos creadores. Al menos estar en esa conciencia de saber que se pertenece a la frecuencia, y moverse con ella…

Gracias a ti Sergio, además has sido tú el que consigues el pescado. En esto se te da sólo la caña….

¿Y yo la uso?, perdona, debo aprender más a escuchar, arrinconar al Ego.

Bueno, es un camino largo Sergio, todos los días, formar parte del milagro de la vida. Aprender a limpiar la fruta en la orilla, porque otros ya lo han hecho. Hacer el día, crearlo, sentirlo, sin estar del todo en él.

No voy a contar lo que hicimos ahí, la gente que he conocido, lo que hemos sentido en el otro, lo que hemos sentido en nosotros. De momento eso es de la montaña, de sus cristales, que cada día, desde hace tanto tiempo, van haciéndose en su interior. Sé lo que me he llevado, siento lo que me va a servir, también siento, lo que se está haciendo en mi interior. Tiene razón David, lo que se escribe, lo que se cuenta, es muy importante. No van a volver a ganar en lo que escribo, nadie más que todos.

Y después, del descenso, de volver entre los hombres y sus cosas. Sin serpiente, sin águila, con el sol. Un mundo que va por otro sitio:
Reyes no elegidos, mareas y tormentas de la enfermedad de la tierra que es la de los hombres. Incluso, el arte en la calle (cómo escapar del Ego), que busca nombres (cuando todos los tenemos, y somos capaces de sentir así), y habla de publicidad, de libros como millones de calambrazos. En lugar de solo dar, dar tanto, que solo haces que recibir. Otra vez el Ego. El globo se infla, se infla, y hay que dejar que el aire fluya con el mundo. Para poder darle la vuelta.

1 comentario:

Luciérnaga dijo...

Muy importante!! Lee los emails que te he mandado!!

Pd: te debo:
- dos cenas
- cervezas y cacahuetes
- y muchos besos y abrazos.