ESTO NO ES UN POEMA, SINO MEMORIA
(In memoriam 11-S)
¿En qué columna, de qué horror hablamos?
La turba pisa a los más desprotegidos sin
compasión ni consciencia.
Los sobrios edificios se tambalean, caen
cristales y saltan cuerpos.
El humo viste de huesos frágiles
La media tarde. ¿Cómo abrazar, pues, al
Coloso?. ¿En qué tumba
de luz salvar su infeliz mole,
el refugio que fue de tantos?. Pesada desaparición
que escombrar pudo
miles de sombras, ya sin deseo, ya
pura desaparición.
Osamenta derruida,
desorden de huesos,
caída y triturada
solvencia,
caída y desaparecida corpulencia,
caída y pavor
de cientos de ciegos entre el mar
de polvo y ruinas, caída
y no conformada luz.
Y con las lámparas
Alumbrar esos montículos y pluriformes fragmentos de Otro
gigante, el que nunca
tendrá nombre, ni abrazará
vida o calor, sólo
el frío silabeo entre la noche
y los familiares mugrientos de rabia
de los desaparecidos.
La turba pisa a los más desprotegidos sin
compasión ni consciencia.
Los sobrios edificios se tambalean, caen
cristales y saltan cuerpos.
El humo viste de huesos frágiles
La media tarde. ¿Cómo abrazar, pues, al
Coloso?. ¿En qué tumba
de luz salvar su infeliz mole,
el refugio que fue de tantos?. Pesada desaparición
que escombrar pudo
miles de sombras, ya sin deseo, ya
pura desaparición.
Osamenta derruida,
desorden de huesos,
caída y triturada
solvencia,
caída y desaparecida corpulencia,
caída y pavor
de cientos de ciegos entre el mar
de polvo y ruinas, caída
y no conformada luz.
Y con las lámparas
Alumbrar esos montículos y pluriformes fragmentos de Otro
gigante, el que nunca
tendrá nombre, ni abrazará
vida o calor, sólo
el frío silabeo entre la noche
y los familiares mugrientos de rabia
de los desaparecidos.
Escupes,
vacías las manos de tierra, ruina, olvidada torre.
Y escupes,
y sigues escombrando.
-------------------------- Sabes que no hay nada ni nadie
------------------------- solo memoria y rabia: vómito sin
razón consolable.
No un poema, sino furia también entre la humareda
desvanecida.
Lo absurdo se impone en lo abierto a golpe de muerte
y cercenados Titanes.
Unos miles, como
cualquier día africano, desaparecen
abriendo la úlcera
de la conciencia entre
mi piel y mi consensuada intranquilidad tribal.
Lo que lo hizo Epico, lo que realzó la mitología
del Terror
fueron las cámaras y la voz de los nuestros
clamando la barbarie en casa propia. Y no les faltaba
razón.
Pero dónde, en que llanura sin nunca fincas
se apagan los recoldos
de otros cinco mil onces de septiembre...?
Víktor Gómez
4 comentarios:
Toma ya!!
y el final, sencillamente: cojonudo.
malditos, malditos seamos los hombres. malditos.
aconsejo tb la entrada de domingo lópez.
lu estresada
Paz y bien, Lu.
Que no se incendie tu corazón con estas palabrejas esparcidas hoy entre amigos.
Un beset,
Tu Viktor
PD: Veré lo de Domingo, seguro que no tiene desperdicio.
De acuerdo con Lu: el final resulta perfecto :)
Está bien, Velocet. Al menos salvamos el final del poema, al menos el cierre justifica la disposición de letras convulsas y calgrafía desangrada.
Un abrazo y buen finde,
Tu Viktor
Publicar un comentario