viernes, 11 de enero de 2008

El viejo nos habla de los premios nacionales.

40.000 moscas

separados por una tormenta pasajera
nos juntamos nuevamente

revisamos las paredes los techos buscando fisuras
y las eternas arañas

me pregunto si habrá una mujer más

ahora
40.000 moscas recorren los brazos
de mi alma
cantando:
"I met a million dollar baby in a5 and 10 cent store"

¿brazos de mi alma?
¿moscas?
¿cantando?

¿qué clase de mierda es ésta?

es tan fácil ser poeta
y tan difícil ser
un hombre.

(C.Bukowski)
El original inglés en "play the piano drunk". Traducción libre que, por cierto, no admite críticas. Gracias

11 comentarios:

Luciérnaga dijo...

oh sí

esto viene a cuento

ayer me di cuenta de que los premios
sí y siempre están amañados.

no hace falta ser poeta para ganar premios y mucho menos para publicar.

¿qué hacer?
- ¿la dictadura del editor? queda demostrado que no (frente a mis asaltos fascistas en cuanto a la escritura),
- ¿la autoedición? tampoco, el escritor no es crítico y si lo es, claramente es demasiado subjetivo,
-¿el tiempo? tal vez sea esta la mejor respuesta, pero yo como lectora, como humana, como amante de la palabra, estoy realemente desesperanzada en este asunto.

unos ganan y el resto de gente corea con palmaditas en la espalda.
¿hasta dónde llega nuestra ignorancia? ¿qué está pasando con nuestra sensibilidad?

sobre gustos, ya se sabe, no hay nada escrito, pero madre mía... yo también puedo escribir que me pica la nariz, de hecho a veces lo hago, aquí, entre nosotros, no para presentarme a un premio nacional.

queda demostrado que se pueden hacer odas al sabor de los mocos o a tus pantunflas, (si no que nos lo digan a velocet y a mí, eh?) pero madre mía, creo que hay que empezar por la autocrítica, y luego seguir por tener y mantener un criterio propio.
no soy canónica, ni rotundamente anticanónica, no soy tampoco "underground", pero joder, se sea del estilo que sea, hay que saber diferenciar entre poesía y mierda.

Sé que no soy la más apropiada para hablar, pero por lo menos sé autocriticarme, y jamás pretendería que me dieran el premio nacional. (dentro de la ironía de cucaracha diría: por lo menos, no todavía!)

y bueno, nada más que decir.

Luciérnaga dijo...

ah! y he de decir, que muy problamente me equivoque, y que sé, que mi criterio, tampoco es el mejor.

Eme dijo...

Y lo que dices lo corroboro también yo, que no gano premios -y no precisamente porque estén amañados-, ni soy publicada ni capaz, por ahora, de gastar mis ahorrillos en una autoedición cuyos ejemplares, casi toda la tirada, debería encasquetar a amigos y familiares. El resto lo agotaría mediante ofertas de dos por uno: "Compra mi libro y llévate otro gratis -por favor, por favor, por favor- para empapelar tu cuarto o para limpiarte el culo".

Que sí, que pinta mal, ¿pero no estaremos siendo injustos? ¿Cuántos libros -mejores, buenos, malos, peores- se publican al año? ¿No habrá nadie que lo consiga por méritos propios?

Tal y como yo lo veo, este desencanto es como el desprecio de la zorra hacia las uvas cuando comprendió que nunca iba a poder alcanzarlas.

La actitud de la zorra siempre me pareció muy cínica.

¿Qué hacer, entonces? Tiempo, sí, como dices, pero para ver si la suerte quiere estar de nuestro lado.

Velocet dijo...

Ay, las mosquica
qué rica la mosquica!

Ay, la mosquica,
ay, la mosquica.

Ay, la mosquica,
qué rica la mosquica!

Ay, la mosquica,
ay, la mosquica.

Ay, la mosquicaaaaaaaaaayyyyyy la mosquicaaaaaaaaaeeaaeeeeaaaaaaaa!!!

Cucaracha homicida dijo...

Molas más tú, Velocet.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Gari:

El salvage que vino del interior de una botella nómada, pobre herencia entre ostias y gritos paternos, sobrevivió a la luz californiana sumergiendo sus ojos en hielo y poniendo su granulada cara entre el calor de una sombra y la soledad de un abandonado. Se abandonó muy joven. No le hubiese retenido nada más que la muerte a aquel ambiente de hostilidad e incertidumbre constante que fue su hogar.

Libros. Los libros le acomodaron a la fuga, a ver tras la mierda en las paredes y la suciedad en los dolares una pequeñísima rendija de un jardín nunca al alcance, pero siempre casi rozado con el alma, en los entresueños y las borracheras.

Para una inteligencia osada y tozuda como la suya ir contra corriente fue su manera de crecer, de no arrugarse prematuramente, de no perder la fina costra que le protegía del cínico sol de Los Angeles.

Este poeta si que bajo al infierno, antes que Dante y antes que Orfeo. Y no en busca de Beatriz, sino de una buena razón para no vomitar, para no huir del quicio, de la sociable convivencia y sus obligaciones.

Y subió, salió sólo del akelarre. Aunque fuera ya tan vapuleado, tan cansado, tan dolido que ni aguantarse quiso las ganas de follarse la vida regalada de los últimos años.

Caray, Gari, cientos de vagabundos y sin techo murieron en aquellos años, sin haber abierto la boca salvo para escupir, morder o toser. Y él conoció a muchos. Sin el recurso de la literatura, de la inteligencia, muchos de sus compañeros de barra, broncas, muchos quedarón para siempre en el infierno. Y siguen quedando. Son una horda incalculable. Legión. Invisibles.
¿Pr qué, por qué son invisibles? Y por qué ahora se idolatra al superviviente. Iconiza esta sociedad atea más que la religiosa. Hace de sus martires heroes. ¿Por qué?. ¿Qué ganan con ello?. ¿Podemos confiar?. Qué diría Bukowski, si no se le hibiese llevado la leucemia, ¿qué diría de su entronización, o la de Rimbaud, o la de Kerouac?

El sistema que les destrozó las médulas después los convierte en souvenirs. Qué asco.

Con todo, la poesía de Charles, cómo la que hoy tradujiste, tiene una temperatura constante de 37,5 grados, está viva, a punto de fiebre.

Conmueve por su certeza, por su irrevocable acierto al poner con las justas palabras la existencia al desnudo. Dolorosa o mezquina, inextricable o clarísima, detestable o apasionada.

Este poeta es para releer y ahondar, pero cuidado con subirlo a un púlpito o revestirle de aura o Toga.

Gracias Gari, me estás inoculando un veneno que me protege de mis prejuicios, que me vacuna de tan abrumadora ignorancia a la hora de entender lo diferente, lo contracultural, lo rebelde por supervivencia.

De mis poetas malditos, aparte de Ginsberg Allen, Poe, Bukowski, Lautremont, está Catulo. Ya tendremos tiempo de comentarlo.

Un abrazote,

Tu Viktor

Cucaracha homicida dijo...

A bukowski no se le conoce precisamente, creo yo (ojo, tengo la irritante sensación de hablar sin gran base "científica", espero no caer en simplezas) por su activismo político/social.
Hay un libro publicado, cómo no, por Anagrama: "Escritos de un viejo indecente" en el que podemos encontrar no solo relatos buenos y malos, si no también algunos escritos de corte ensayística que dibujan algo de crítica social, pero una crítica social a lo Reverte, a ver si me explico: mierda mierda mierda, mierda todo. Lo que vendríamos a llamar una crítica deconstructiva.
Vamos a ver, que yo a este hombre me lo quiero mucho. No es por quitarle hierro al asunto. Lo sabes, lo sabe todo el mundo, de hecho parece que a día de hoy sea poco menos que pecado no apreciarle, pero él fue una victima dócil de su sistema. ¿Se comprende más o menos, lo que intento decir?
No intento despojarle del adjetivo de poeta social, creo que esa una discusión que ya ha quedado atrás –me alegro de ello-, y desde luego es innegable que lo suyo sea el realismo. No un realismo estricto. Los vidrios se empañan, aparecen las metáforas en su escritura, las divagaciones, las lentes se mojan por la lluvia o las lágrimas, se rompen, etc. Él no es David González, ni Antonio Orihuela. Hay caballos salvajes recorriendo su cuarto. Sucio, sí, pero realismo.
Eso sí, creo que su posición fue sumisa. No sé muy bien si el término “víctima” es útil o válido aquí. Calificarlo a él como tal sería caer en una autocomplacencia inútil, servil, displicente. Sería como auto-calificarnos a todos nosotros de víctimas también. ¿Por qué? La teoría rebelde, aunque rebelde, no deja de ser teórica. Y vuelvo a tener la sensación de ser hipócrita. Víctor, yo hace mucho que no rondo las barricadas. Pero me quejo, claro, y soy crítico, por supuesto.
Ese hombre sufrió, todos sufrimos, su testimonio ha servido a posteriori para que podamos comprobar que entre todos esos cuartuchos de Los Ángeles había, y hay, muchísima más miseria de la que podamos creer. Ese cabrón sabía escribir, y beber, y pelearse, y follar. Bien, no es mi intención devaluar su mérito. También Gamoneda sabe más acerca de las minas que yo, a pesar de estar donde está ahora. Pero el viejo dista mucho, en mi opinión, de ser un activista.
No sé por qué digo todo esto, la verdad. Creo que tu comentario iba por otro lado, digamos que esto es más bien un complemento a mi post. Lo que yo quería mandarte, más bien, es esta cita del viejo:

”Lo peor de todo es que algún tiempo después de mi muerte se me va a descubrir
de verdad. Todos los que me tenían miedo o me odiaban cuando estaba vivo
abrazarán de repente mi memoria. Mis palabras estarán en todas partes. Se crearan
clubs sociales y sociedades. Será como para volverse loco. Se hará una película de
mi vida. Me pintarán mucho más valiente de lo que soy y con mucho más talento
del que tengo. Mucho más. Será como para hacer vomitar a los dioses. La especie
humana lo exagera todo: a sus héroes, a sus enemigos, su importancia.”

ya ves... será como para hacer vomitar a los Dioses. No cabe duda de que era un cabrón genial.

Nada más, gracias una vez más por pasarte por aquí.

Un abrazo

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Eme:

La antología "Estaciones desnudas" tiene 3 virtudes que la justifican. Buena poesía, justeza, feracidad libérrima. Tu referencia al asunto de su publicación me parece sencillamente simplista y denota sino estulticia bastante impericia, falta de lucidez deliberativa y cierta miopia sentimental. Si no has publicado todavía, si no participas de lo grupal, si no ganas premios amañados o limpios, que también los hay, tú, sólo tú sabes el cómo. Y sabiendo el cómo no nos importa el porque.
El como se publico "Estaciones desnudas" me permite aplaudir su porque. Es una opinión la mía sin acritud. Eme, no te lo tomes a mal, pero yo, que también estoy afuera de las Estaciones desnudas y los premios, creo que confundiste luz com amperio, imperio con claridad.

La crítica debe ser siempre desde el ver, juzgar y actuar. Y tú, lamentablemente saltaste el primer y tercer paso, por lo que tu pre-juzgar es inoperativo, inocuo, insolvente.

Buenas tardes,

Víktor

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Gari:

Tomo nota. Tiene fundamento y razón lo que
apuntas.

Brindo por aquel cabrón genial. Por su poesía, por su lucha anti-imperialista, anticapitalista.



Un abrazote,

Víktor

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Gari:

Tomo nota. Tiene fundamento y razón lo que
apuntas.

Brindo por aquel cabrón genial. Por su poesía, por su lucha anti-imperialista, anticapitalista.



Un abrazote,

Víktor

Eme dijo...

No hay en mi comentario, Víctor, referencia alguna a "Estaciones desnudas". Lo he leído, lo he disfrutado y ojalá vengan muchos más poemarios así.

Sólo quería dejar eso claro.