Jume Dion, pasó por la vida como uno de esos arbustos de las pelis de vaqueros, rodando, en la dirección del viento…, mientras la gente se mira y el tiempo, ese invento de la naturaleza para que todo no suceda a la vez, se para en torno suyo. Un espacio grande. Quieto, dentro del movimiento de todo. Hubo quienes le siguieron, por donde andaba. Ante el reclamo, se giraba a menudo y les decía:
No me pregunto, ¿qué queréis de mi?, más bien, ¿Qué queréis de vosotros? No soy yo un pescador de hombres, aprendiendo hago cañas, vuestras son, pero no puedo daros un pez, no, no puedo daros el vuestro.
2 comentarios:
No sé decirte por qué me gusta tanto, pero queda dicho.
Por el amor que nos procesamos, la pasta que te debo, las ganas de darnos un abrazo, de seguir pescando juntos, etecete....
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