lunes, 23 de junio de 2008

DE LA CONCIENCIA HUMANA

Cada cierto tiempo algún exaltado
se coloca debajo del andamio,
en la fachada principal,
y se dispone a echarlo abajo.
Bien,
vale,
después de la catarsis revolucionaria
que conlleva empezar todo de cero
me pregunto con qué fin
habremos de cambiar
la forma y disposición
de las vigas y puntales
si la madera viene
siempre
del mismo bosque.






-el traductor de minúsculas-

3 comentarios:

Javier Uve dijo...

Adrián:
Me parece un magnífico poema,sobre todo la manera en que cierra. Y me alegra mucho que lo hayas publicado, en serio, porque nada tiene de reaccionario. Últimamente también me acompaña a menudo esa misma pregunta que planteas. Hay quien podrá tacharme de derrotista, pero me parece que ante tanto anquilosamiento, más que una revolución ruidosa, habríamos de recurrir a una gran intervención quirúrgica para extirpar tanto quiste, y mucho me temo que la Seguridad Social no sería capaz de asumir unos costes tan elevados... O al menos eso es lo que nos dicen.


Un saludo. Te leo.

Sergio dijo...

El hierro debería de seguir de donde salió, enterrado. Con ningún fin, pero sí hay que cambiar. Por los caminos si encuentras tres piedras juntas, es obra del hombre.
Suscribo al zenheavy amigo Javier. Un abrazo

Anónimo dijo...

Javier, agradezco tu tiempo y tu comentario, no exento del humor necesario para tratar estos temas. La vida en ocasiones da la risa. Me gusta tu apreciación, ya que yo tampoco consideraría el poema como reaccionario. En todo caso critica el tipo de revolución hecho desde el corazón, ya que no dejará de ser el cubo de Rubik una y mil veces reconstruido, con distintos colores, aristas y personajes pero la misma materia prima. La "revolución", el cambio, ha de ser un acto consciente y premeditado, no el pataleo mecánico que no ha si no de revelarnos las certezas de la ley de Murphy al final del proceso. En fin, opino que toda acción consciente debe partir del conocimiento de la materia prima. Y a partir de ahí, construcción-deconstrucción. Un abrazo Javier.


Nemo, me apunto esa frase de las tres piedras, imagen poderosa. Y lo del zenheavy también, demonios, nunca había oído esa expresión y me ha hecho gracia. Un abrazo