martes, 24 de junio de 2008

.
.

Te muerdes las uñas histéricamente
mientras piensas en cómo él vería el sol
descender por el edificio de enfrente
desde esta ventana,
un cuadro inmóvil en tu habitación, donde
ahora las de los pies, luego el cuero cabelludo
sufrirán tu maniqueísmo, esa absurda
manía de tocarte
por carencia
de caricias;
.
entonces un soplo de aire destroza la infraestructura
de ese museo posmodernista, tu habitación construida
con teorías y leyes sin operar, textos, papeles que se vuelan;
las paredes se caen,
y los vecinos gritan
es el Apocalipsis, ¡el Apocalipsis!
en el edificio de enfrente hay una chica
tocándose las uñas, el cabello y la moral
tirada en la cama resignada parece que
intenta dormir
mientras las paredes se caen;
.
no hay cuentos ni crítica, ni novela negra ni fábulas
es el Apocalipsis, esa ignorante
(ni ensayo ni poesía ni tratados sobre el amor)
se aferra al cojín
(ni antologías, compilaciones, boletines oficiales)
pensando que fingirá
sin manual de instrucciones, sin índice ni epílogo, sin retórica ni ¡basta de autoayuda!
.
se abraza al cojín pensando que él también
fingirá que le quiere
.
.
.
Foto: Sasha Borodinova

2 comentarios:

Cucaracha homicida dijo...

¡Malditos pronombres, malditos pronombres!

Mayka dijo...

jope.. que mi madre es madrileña y tengo complejo de laísta!! :(