Nuestros más audaces charlatanes se reunirán de nuevo -es necesario: por el bien de todos- para poder volver a darse palmaditas en la espalda y contarse chascarillos en los pasillos enmoquetados de algún palacio de congresos o de algún hotel de lujo; y después de los banquetes con manjares exquisitos (así lo manda el protocolo), dormirán la siesta a pierna suelta, porque no hay nada que resulte más agotador que tener que pasarse el día entero pactando limosmas e intentando lavarse la cara. Pero las manchas de sangre no desaparecen tan fácilmente... Y lo más triste de todo es que de una forma más o menos consentida, en mayor o menor medida, formamos parte de la gran patraña y ellos ponen nuestra firma.
Jenni, me gusta mucho el entramado de imágenes condensadas en tu entrada, concisa y certera. Y me alegra todavía más poder volver a leerte.
Pues a mí, más que rabia me dan lástima, los cínicos al mentir se están juzgando y condenando y el que se engaña a si mismo tunca vivirá tranquilo. Un abrazo a La Afortunada.
Con todos mis respetos, Félix, pero no estoy de acuerdo con lo que dices. En primer lugar, por más que me lo haya propuesto, soy incapaz de sentir ningún tipo de lástima ni respeto hacia las personas que no respetan y que no actúan movidas por sentimientos ni convicciones sino únicamente por una ambición desmesurada y la más pura codicia, pero mucho menos todavía cuando se trata de personajes que pretenden establecer unas pautas de conducta social, cuando en realidad la única consigna que ponen en práctica con su ejemplo es la del 'sálvese quien pueda'. Por otro lado, no se trata de un sentimiento de rabia (que asocio más o menos a la pataleta de un chiquillo), sino de un sentimiento de indignación. Y motivos, los hay más que suficientes. A lo largo de la historia existen numerosos ejemplos de que la "Justicia" se puede administrar de diferentes maneras dependiendo de los nombres, los apellidos, la procedencia, la raza, el sexo y el estatus económico de las personas implicadas, entre otros factores. Y tampoco hace falta ir a buscarlos en las esferas más altas. Y además, no creo que la honestidad y la eticidad sean una característica innata de los hombres, y por eso estoy completamente convencido de que no todo el mundo siente la necesidad de valorar y someter sus propios actos a jucios de conciencia ("Puesto que YO lo hago, BIEN hecho está"). De modo que tampoco creo que este tipo de personas tenga demasiados problemas a la hora de conciliar el sueño ni que se encuentren constantemente en conflicto consigo mismos, sino más bien todo lo contrario.
Saludos y enhorabuena de nuevo por tu libro. Acuérdate de guardarme uno, por favor!
Tras una larga in-reflexión soy optimista (teórico) no por ingenuo sino por necesidad, Ni mártir ni terrorista. Seguiremos discutiendo... Estoy aprendiendo a colocar fotos, ya teneis alguna, A por el libro ven el 24. ABRAZOS
¡Jajaja! No es un mal camino el que has o te ha elegido, sobre todo si se trata de no acabar como un cencerro. Nada mejor que el optimismo. Pero ¡por favor! Las cosas por su nombre (aunque el tema de la síntesis no lo lleve muy al día y tendré que aplicarme el cuento).
Iré a por el libro encantado, y a pasar un buen rato agradable.
7 comentarios:
Mira que eres guapa!!!!
Que blog mas guapo!!!!!!!
Muchas gracias por éste derroche de creatividad y buen gusto
Nuestros más audaces charlatanes se reunirán de nuevo -es necesario: por el bien de todos- para poder volver a darse palmaditas en la espalda y contarse chascarillos en los pasillos enmoquetados de algún palacio de congresos o de algún hotel de lujo; y después de los banquetes con manjares exquisitos (así lo manda el protocolo), dormirán la siesta a pierna suelta, porque no hay nada que resulte más agotador que tener que pasarse el día entero pactando limosmas e intentando lavarse la cara. Pero las manchas de sangre no desaparecen tan fácilmente... Y lo más triste de todo es que de una forma más o menos consentida, en mayor o menor medida, formamos parte de la gran patraña y ellos ponen nuestra firma.
Jenni, me gusta mucho el entramado de imágenes condensadas en tu entrada, concisa y certera. Y me alegra todavía más poder volver a leerte.
Javi
Pues a mí, más que rabia me dan lástima, los cínicos al mentir se están juzgando y condenando y el que se engaña a si mismo tunca vivirá tranquilo.
Un abrazo a La Afortunada.
Con todos mis respetos, Félix, pero no estoy de acuerdo con lo que dices. En primer lugar, por más que me lo haya propuesto, soy incapaz de sentir ningún tipo de lástima ni respeto hacia las personas que no respetan y que no actúan movidas por sentimientos ni convicciones sino únicamente por una ambición desmesurada y la más pura codicia, pero mucho menos todavía cuando se trata de personajes que pretenden establecer unas pautas de conducta social, cuando en realidad la única consigna que ponen en práctica con su ejemplo es la del 'sálvese quien pueda'.
Por otro lado, no se trata de un sentimiento de rabia (que asocio más o menos a la pataleta de un chiquillo), sino de un sentimiento de indignación. Y motivos, los hay más que suficientes. A lo largo de la historia existen numerosos ejemplos de que la "Justicia" se puede administrar de diferentes maneras dependiendo de los nombres, los apellidos, la procedencia, la raza, el sexo y el estatus económico de las personas implicadas, entre otros factores. Y tampoco hace falta ir a buscarlos en las esferas más altas.
Y además, no creo que la honestidad y la eticidad sean una característica innata de los hombres, y por eso estoy completamente convencido de que no todo el mundo siente la necesidad de valorar y someter sus propios actos a jucios de conciencia ("Puesto que YO lo hago, BIEN hecho está"). De modo que tampoco creo que este tipo de personas tenga demasiados problemas a la hora de conciliar el sueño ni que se encuentren constantemente en conflicto consigo mismos, sino más bien todo lo contrario.
Saludos y enhorabuena de nuevo por tu libro. Acuérdate de guardarme uno, por favor!
J.
Tras una larga in-reflexión soy optimista (teórico) no por ingenuo sino por necesidad,
Ni mártir ni terrorista.
Seguiremos discutiendo...
Estoy aprendiendo a colocar fotos, ya teneis alguna,
A por el libro ven el 24.
ABRAZOS
¡Jajaja! No es un mal camino el que has o te ha elegido, sobre todo si se trata de no acabar como un cencerro. Nada mejor que el optimismo. Pero ¡por favor! Las cosas por su nombre (aunque el tema de la síntesis no lo lleve muy al día y tendré que aplicarme el cuento).
Iré a por el libro encantado, y a pasar un buen rato agradable.
¡Un abrazo!
Javi
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