El pergamino de mi rostro me pide paciencia
Y se arranca las alfombras de los pies
Suspirando el camino del desuso,
Se averían sus herramientas
Y pierde su orientación la charla
Invasora de su lengua trabada entre jaulas,
Se quedan enclavados esos ojos mirando
Al olvido.
Me pregunta porqué,
Cuando me volví diminuto
Trepando espaldas que parecían montañas,
Cuando el tacto poroso de la pared era más que su piel,
Cuando mi amor dormido ya no quiso ser más amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario