lunes, 8 de febrero de 2010

Nelson Mandela. Discurso inaugural, 1994.

Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos inconmensurablemente poderosos.
Lo que nos asusta es nuestra luz, no nuestra oscuridad.
Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, encantador, talentoso y fabuloso?
En realidad, ¿quién eres para no serlo?
Eres una criatura de Dios.
Jugar a ser insignificante no le sirve al mundo. No hay nada inspirador en encogerse para que los demás no se sientan inseguros a tu alrededor.
Hemos nacido para dejar de manifiesto la gloria de Dios que hay dentro de nosotros.
Que no está sólo en algunos, sino en cada uno de nosotros.
Y, al dejar que nuestra propia luz brille, inconscientemente le damos permiso a otros para que hagan lo mismo.
Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia, automáticamente, libera a otros.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Una persona una vez nos dijo que somos espejos de otros; y que otros son espejos nuestros. Gracias por mostrar en este momento de cambios, tu luz. Apapachos!!!

Anónimo dijo...

Nelson Mandela...
Gran personaje.
Alma avanzada y libre de espíritu.


Gracias.