Una tarde en casa del hospitalario Jesús Ge, el poeta translúcido, dió de si en sus inicios buena música y Jack Daniels con hielo. Luego vinieron lecturas de puntillas sobre libros ajenos y al final sobre poemas propios. Ejercicio secreto y complice de tachaduras y renglones que se esfuman. Más hielo, debidamente aromátizado de Daniels, más poemas. Seguimos tachando, corrigiendo, salvando, bebiendonos ya acallada la música los paréntesis entre poema y poema. Buenos versos del poeta anfitrión, nuevos y juveniles. Un penúltimo golpe de Jack. Yo leí el poema de "Tallos negros" entre otros. Luego mordí el hielo sin color. Y bajamos a la calle, subí al coche y salí a circular por la intemperie, hasta que me perdí en la mediatarde.
Fué hace unos días. Hoy recibo un correo del artesano del grito capicúa, que dice:
Las afinidades casuales campan a sus anchas por las lecturas.
Estabas aquí, con tus tallos negros, y tu Jack Daniels.
Te fuiste,
pero el Jack y las flores se quedaron.
Besos
Jesús.Y acompañaba a esa breve misiva un poema de Bartolome que os adjunto. Una perla rara.Besos y abrazos a todos y todas,
Víktor Gómez
el día
empieza a guardarse los colores
el espacio se llena de flores negras
los árboles se arrancan palabras
unos a otros
hasta quedarse afónicos
Bartolomé Ferrando.
"Latidos". ed. Huerga y Fierro.
2 comentarios:
Me gustan tus posts, Víktor, no sólo por las letras que ofreces, sino por lo humano y lo cálido de su contextualización.
Resulta muy, muy agradable :)
Velocet, graciaaaas.
Un abrazote.
Viktor
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