miércoles, 9 de abril de 2008

Es experiencial –aviso-, se toma con la propia porción de vida precisa requerida (no como un engullido consejo), sin embargo, devenir albedrío, sujeta a buenas o malas interpretaciones….

Las luciérnagas, destellan fotones cocreadores en lo de fuera y es el mismo insecto, como todos los que vuelan, que el moscus comunis, que opta por tunearse en mariposa, según los días. Y va en comunión, dándose golpes, por la botella, que está, llena del todo.
O ese escarabajo pelotero, haciendo más grande que él, se puede decir: la mierda de su ego. Misma oruga, procesionaria que sigue los píes del de delante. Cucaracha ajena al ruido por sus esquinas. Y el capullo que es uno, de miedo, por salirse, por salir fuera.
Concluyo aquí la metáfora, a riesgo de derruir los cimientos de algún lector zoólogo, que digo, de algún lector, y por que ya, ya no me llega... Pero apostillo:
Qué hay que hacer, para qué, alguien, se tumbe y tocarse un poco, en el vivir de las hormigas.

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