sábado, 5 de abril de 2008

JUNIO
El sabor del salitre en las corolas de tus pechos
y en tu cuello:
una certidumbre que me alcanza y que me besa.
Como la Sombra.


3 comentarios:

meigan dijo...

Sabores cálidos sin sol, al lado de el umbral que los oidos tumban...
Está lleno de melancolía tu poema, me gusta :)
Besos

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Una partitura breve que en su oleaje trae y se lleva la idea, deja el corazón encendido, como una vela en la ventana del anochecer.

Tu Viktor

Javier Uve dijo...

Meigan, me alegra mucho que te guste. Víktor, interesante reflexión. Gracias por vuestra lectura. ¡Un abrazo!