miércoles, 18 de junio de 2008

(Para Garikoitz, Alfons y mi padre, tres hombres que se hacen querer.)


¿Y por qué ibas a envanecerte
de que sufres más que los demás?
[…] Estás solo. Ningún gesto. Nada de qué hacer gala.

VLADIMIR HOLAN

No sé
cuál de mis curvas saldrá a buscarte
esta noche

ni
cuándo asumiré mi condición
de
llama.

Ser fuego,

cenizas entre tus manos
a la espera de viento,

trenza de lluvia

que todo lo arranca.

Y no basta morder las cuerdas,
la espera, la búsqueda.

No hay qué para
paliar la deuda
de no caber

y saberlo.

Y tú me abrazas

pidiendo perdón,
tú,
con las manos repletas de azul
y de nieve
para mí, que no quepo.

Parpadean mis curvas de fuego.
Prende el hombre más próximo.
Y sus manos de azul. Y su nieve.

7 comentarios:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Es de bien nacidos
ser agradecidos.

Y tú eres muy afortunada
con los tres GRANDES
que mencionas.

Cucaracha homicida dijo...

Pues casi que me siento abrumado por compartir la dedicatoria con los dos enormes -que digo enormes, enormísimos- señores que nombras. Y, bueno, por supuesto me siento indigno y agradecido a partes iguales. Seguro que Víktor ocuparía mejor, mucho mejor, mi lugar :).

Un saludo en forma de abrazo así muy fuerte.

Kebran dijo...

leo que vuelves Lu, y me /nos alegramos infinito.
un abrazo fuerte y animoso
El Kebran

Jesús Ge dijo...

Bello, intenso y sincero.

¡Chapeau!

sin comentarios sobre el retorno.

Anónimo dijo...

...Tus poemas son tan profundas,tan inspiradoras...genial

Eres una gran artista...tu don metálico, tu fuerte talento son el mejor arte...

Gracias por colorear el mundo, pintándolo con tizas de tus versos, llenándolo de pinturas de tu alma..:)

Poesia dijo...

Lucía, me alegra de que publiques de nuevo poemas...
Un beso

Poesia dijo...

me alegra que..* perdón