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Hemos negado la simpleza pero ¿qué es, al fin, la ceniza?.
Y si la ceniza pide su ahora, ¿para qué tanta espada y tanto
miedo, para qué tanta fuerza y tanto ansiar?.
Vuelva el corazón a la compasiva naturaleza de lo inútil.
Y resista el puño hasta abrirse,
hasta ser la palma donde coman los pájaros extraviados
de agosto.
Y si la ceniza pide su ahora, ¿para qué tanta espada y tanto
miedo, para qué tanta fuerza y tanto ansiar?.
Vuelva el corazón a la compasiva naturaleza de lo inútil.
Y resista el puño hasta abrirse,
hasta ser la palma donde coman los pájaros extraviados
de agosto.
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