A Ass, que se ha quedado en África con una parte de mi alma.
En memoria de Nieves (que se dice "Ahou" en ewé, una lengua togolesa), que después de un duro cáncer, falleció.
Y ahora entre el polvo,
con los pies en ningún lado,
troceada por las hélices de tanto dolor,
sin saber cuál de los dos mundos fue el real,
sin entender muy bien a ésa de entonces, que era yo
y que camino de la universidad lloraba por ti,
sin saber si lloro por tu muerte o porque tu hija perdió a su madre,
o si es que,
en realidad,
me apena saber que no volverás a sonreírme, ni a decir
cuánto me quieres. A mí.
Ahora, confundiendo todo eso
con el polvo de un continente delimitado por jirones
de un azul contaminado,
de un azul de ira ,
de un azul de sangre ,
se abaten mis uñas negras bajo cuerpos
con los pies en ningún lado,
troceada por las hélices de tanto dolor,
sin saber cuál de los dos mundos fue el real,
sin entender muy bien a ésa de entonces, que era yo
y que camino de la universidad lloraba por ti,
sin saber si lloro por tu muerte o porque tu hija perdió a su madre,
o si es que,
en realidad,
me apena saber que no volverás a sonreírme, ni a decir
cuánto me quieres. A mí.
Ahora, confundiendo todo eso
con el polvo de un continente delimitado por jirones
de un azul contaminado,
de un azul de ira ,
de un azul de sangre ,
se abaten mis uñas negras bajo cuerpos
cuarteados como montañas, curvas
que perfilan cada espacio de mi alma: eso es la música
de un infierno
que llaman costumbres.
Y es que no tienen para comer, Ahou. La muerte es
el plato de un día -el suyo- que
se escribe entre interrogantes.
Y cuando me dijeron que habías muerto
sólo pude caerme al suelo. Y llorar.
Aunque no sabía bien quién lloraba.
Ni por qué.
Y él no me dejó
sola
ni durante una respiración.
A miles de kilómetros con todos sus problemas
me cogió de la mano. Con su mano negra.
Y ahora soy polvo.
Como tu pelo moreno bajo una tierra que todo lo ofrece.
Ese todo y nada
que riega hasta el torrente de las arterias más acomodadas.
Y el polvo detiene mis latidos
para que pueda escuchar sus voces.----Y las oigo.
Entre mis pechos de tierra y mi espalda blanca, las escucho.
que perfilan cada espacio de mi alma: eso es la música
de un infierno
que llaman costumbres.
Y es que no tienen para comer, Ahou. La muerte es
el plato de un día -el suyo- que
se escribe entre interrogantes.
Y cuando me dijeron que habías muerto
sólo pude caerme al suelo. Y llorar.
Aunque no sabía bien quién lloraba.
Ni por qué.
Y él no me dejó
sola
ni durante una respiración.
A miles de kilómetros con todos sus problemas
me cogió de la mano. Con su mano negra.
Y ahora soy polvo.
Como tu pelo moreno bajo una tierra que todo lo ofrece.
Ese todo y nada
que riega hasta el torrente de las arterias más acomodadas.
Y el polvo detiene mis latidos
para que pueda escuchar sus voces.----Y las oigo.
Entre mis pechos de tierra y mi espalda blanca, las escucho.
Son gemidos.
Y queman más que el propio hielo. Se acallan
si sigo respirando, así que es fácil deshacerse del dolor.
Es fácil ignorar la herida del vientre que tan lejos nos queda.
si sigo respirando, así que es fácil deshacerse del dolor.
Es fácil ignorar la herida del vientre que tan lejos nos queda.
Tan lejana.
La distancia es equiparable a la de tu muerte,
La distancia es equiparable a la de tu muerte,
cuando no pienso en ella.
Y es que basta con mirar hacia arriba, hacia adelante o hacia abajo,
pero nunca mires hacia un lado, o verás el negro de su piel,
la oscuridad de la noche y de
todas sus carencias.
Y es que ahora mismo está ocurriendo, Ahou.
Hay, ahora, un dolor de vientre
tan grave como tu cáncer. Y esta vez es un niño el sujeto,
un niño de mirada carbón porque no tuvo tiempo de jugar:
le tocó ir al pozo y vender trigo.
Esta vez es una madre. Es un abuelo.
Y en este estado de no ser ni a pequeños pasos,
de amar a todos aquellos que se han quedado,
de amar a todos aquellos que se han quedado bajo tierra,
entre ella o a la espera de ella,
no consigo entender por qué estás muerta,
no consigo, simplemente, entender.
Con los añicos de mis pocos años voy juntando vida,
por si en algún momento nos cruzamos
poder regalártela
toda entera.
Y es que basta con mirar hacia arriba, hacia adelante o hacia abajo,
pero nunca mires hacia un lado, o verás el negro de su piel,
la oscuridad de la noche y de
todas sus carencias.
Y es que ahora mismo está ocurriendo, Ahou.
Hay, ahora, un dolor de vientre
tan grave como tu cáncer. Y esta vez es un niño el sujeto,
un niño de mirada carbón porque no tuvo tiempo de jugar:
le tocó ir al pozo y vender trigo.
Esta vez es una madre. Es un abuelo.
Y en este estado de no ser ni a pequeños pasos,
de amar a todos aquellos que se han quedado,
de amar a todos aquellos que se han quedado bajo tierra,
entre ella o a la espera de ella,
no consigo entender por qué estás muerta,
no consigo, simplemente, entender.
Con los añicos de mis pocos años voy juntando vida,
por si en algún momento nos cruzamos
poder regalártela
toda entera.
Foto 1: Ass y yo reventaicos!
Foto de Ángel Petisme en África. (http://petisme.wordpress.com)
Quería poner una mía pero los de las maletas del aeropuerto me han robado mi cámara.
6 comentarios:
Bufff!
Te acompaño y te siento.
Y te mando un gran abrazo que no calma pero espero que alivie.
Iba a decir que es un "Gran poema" pero creo que en realidad es Gran alma, Gran mirada, Gran esperanza, Gran futuro el tuyo.
Me ha gustado mucho este poema.
Siento tu pérdida.
Un abrazo!
Lo que no se espera es todavía más real, porque nace en tí sin el problema paradójico del deseo y la realidad. Ahora, con ese cacho de Africa que corre por tus venas, simbiosis que envidio sin tapujos, queda escuchar tu experiencia, en ese imposible ejercicio de traslación, traducción y dádiva.
Quisieramos que fuera la vida entre el deseo y la realidad su justi-lar, pero quizá en los azares y cálculos quede apenas esa improbabilidad, ese no saber y no existir desde el que sucede lo que no se espera, en el que se toca lo imposible sin tiempo a retenerlo y todo en su fuga o deriva nos impone esa fragilidad en la que darse es la belleza.
Bella tú, amiga. Antes de Africa, en Africa aún.
Tu Víktor
Rabia, toda la que quieras y más,empatía hasta fundirte con ellos, pero´lástima es un concepto religioso que denota superioridad y hay más belleza en la mirada inocente de uno de esos niños que en todo el lujo de esas mansiones que para mí son cárceles.
Los gritos son necesarios para desahogarse, mas la solidaridad ha de fabricarse a fuego lento...
UN ABRAZO MUY GRANDE!
Leo encogido. Sin expresar (como siempre) parece que, finalmente, sólo nos queda esto. Y veo en tu esto mis futuras y odiadas palabras.
Lo siento.
Jesús!! Cuándo nos vemos?? (Qué pena va a dar quedar sin Gari...)
Javier! Gracias por no olvidarte de mí... lo mismo te digo, un café cuando me digas!!
Víktor, habla con Ge y concretad un día por fis! Yo no tengo nada que hacer, puedo quedar cuando me digáis. Me muero por veros...
Es una putada no tener fotos...
Buscador, gracias por tus palabras...
Velocet!!!!!!!!!!!!cuánto tiempo sin saber de ti!!!!!!!cómo estás?? qué es de tu vida?? ay ay ay!! cuántas cosas me he perdido!! me alegra saber de ti! te mando un beso enormeeeeeeee!
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