jueves, 18 de septiembre de 2008

El Reloj Ha Muerto

El reloj ha muerto.
Han muertos sus horas y sus minutos
Y han muerto también sus segundos.

El reloj ha muerto
Y ha matado mi tiempo,
Ha apagado las luces
Y ha encendido las noches
Ahora cuando el crepúsculo
Parecía dejarme sólo.

El reloj ha muerto,
Y en esta quietud
Que atenaza las olas,
Que convierte en piedra
Las laderas de las montañas
Y que congela el goteo
De los jueces de esta clepsidra
Me encuentro.

Cuando pesa el momento,
Y el aire es chatarra
Y las calles son cloacas
Y las playas vertederos
De arena,
Entonces, recuerdo la manecilla
Que encorva mi espalda
E intento darle cuerda.
Pero la palanca arde
Y mis dedos sufren quemaduras
De segundo grado
Y huyen buscando el hielo
A los glaciares de otro mundo.

La manecilla permanece quieta.

2 comentarios:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

"tempus fugit"

Javi:

Un asunto que a todos nos interpela.

Decía un poeta que lo que nos mata es la vida. Claro,
ahora que a veces es difícil no rebelarse de las maneras con que juegan el tiempo y la nada con las probabilidades del devenir.

Un abrazote

Víktor

Sergio Sarachu dijo...

Hola compañeros de la palabras, he llegado hasta aquí no sé cómo y me quedo un rato leyendo, disfrutando la literatura. Desde el sur de Argentina les mando un abrazo y les dejo mi blog con poesía escrita por estos lugares (sergiosarachu.blogspot.com)