domingo, 28 de diciembre de 2008

Hay que reinventarse cada día uno mismo


Propósito para una tarde naranja de otoño: convertirse en camaleón. Llorar por la belleza robada, por las lunas de Orión y la tragedia humana. Desplazarse bajito sin molestar a los idiotas del disimulo, por si se enteran y te descubren diluyendo la cultura en los territorios del arte. Poco te puedo decir, no me queda tiempo, estoy continuamente hablando. Habito entre depredadores; tengo pocas esperanzas de establecer pactos con ellos. La civilización reniega del progreso y éste reniega del concepto de existencia. Los humanos creamos armas para matar los sueños y también losas para enterrarlos. Educación para la morralla y libertad para los recluidos mentales, victimas de la intolerancia de los normales. Me miro en el espejo y descubro en lo que me has convertido, indigno manipulador, príncipe de la infamia, abomino de tu existencia mediocre. Si, castígame por mi insolencia, por mi osadía; te sentirás satisfecho, cumple con tu obligación, has sido educado, te han preparado para ello.

Félix Menkar.

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