miércoles, 20 de febrero de 2008

África

Algunas veces con el latido del corazón
destripado en la almohada,
me levantaba a cerrar la ventana.
Crecía rápido el asco,
y después,
notaba como amanecía más temprano
cuando en África,
se descorchaba la sirena al alba
enlutada con champañ francés,
y se brindaba por el negocio al otro lado del charco.

******

Bienvenida fuíste,
Malvendida te hallas.

3 comentarios:

Cucaracha homicida dijo...

Jenni, te lo tengo que preguntar por que no he visto la relación entre los primeros versos y los dos separados del final. Debería verla? Me siento un poco idiota, será la resaca...

Un saludo!

Anónimo dijo...

Garii!! Cerrar la ventana para dormir mejor..."desentenderse" de todo.
Yo tengo mi grano de culpa en lo que sucede, desde mi posición de pequeño burgués, me acuerdo un rato al día de lo que ocurre, después, me desentiendo en el colchón que un dia cambie porque ¡oh miserias! me dolía la espalda! Mea culpa.

Jenni

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Querida Jenni:

Toucheee !!


"Los poetas no convencen
Tampoco vencen.
Su papel es otro ajeno al poder: ser contraste”
Rafael Cadenas

Si Africa no es la palma de mi mano, ¿qué decir?
Si mi mano no acaricia mi otra mano, ¿qué hacer?

Pero si mis manos se entienden, semejantes
y distintas, la arena
será una pizarra
y los días una escuela.

Tu Viktor

(P.D.: Africa, como la poesía, está tan malquerida, tan prostituida, tan infecta que muchos la aman pero pocos se atreverían a acostarse con ella. El riesgo de amar se asume mientras no vaya la vida en juego. Y lo bueno del arte es que siempre está en juego la vida. Lo demás es baluarte, pos/arte, contrapoesía.)