jueves, 21 de febrero de 2008

UN NO-POEMA, UNA PÁJARA, UN CUENTO, CARTA, OCURRENCIA


Carta abierta a Iken

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I

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Qué acero no atraviesa un vientre?

Así,

la fuga de uñas

y el estallido de ausencias

------------ arañan

las paredes en la que estoy preso

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recibir una hora de patio,

en ese cuadrilatero del sinsentido,

------------ dejar que el aire nos revista

de horizonte

será capaz de hacernos olvidar

noches de veintitres horas?

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II

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Vengo por una calle desandada. Oigo un rumor,

miro al escaparate.

Los comensales, enamorados, golosos,

no pierden el tiempo.

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Paseo errabundo,

desconocidos se cruzan y les miro su indiferencia

porque soy invisible.

--------------------------- Crees tú que sirve de algo

no tener ataduras

no tener pertenencias que perder

días que malograr

tabaco que compartir?

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III

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Bajo del autobús y miro un cartel antiguo.

Joder, recuerdo que hace unos meses

estaban preparando la llegada del Héroe

y los vivos colores

me dejarón unos segundos hipnotizado.

En el banco gris

justo bajo la gran pancarta un viejo borracho

con la cabeza agachada,

había vomitado y esperaba a nadie, sin prisas.

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Bajar al lugar que nos vivió amargamente, amar

ese lugar sin el acero mortal en las entrañas,

abajar

sin mejor patrimonio que la bondad del olvido,

es suficiente para no ver claro?

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IV

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Con pena me miran dos pequeños hijos de puta,

aterciopelados en sus orondas carnes,

impasibles, cínicos, decididos a defender

a puntapies

cien euros día.

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Uno de ellos fue profesor mío.

En su bolígrafo la tinta

era color sanguijuela. Reía cuando daba cifras como

el setenta y siete por ciento de la clase a suspendido.

Evaluaba a las muchachas

después de las ocho de la tarde.

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En mi despiste no le veo. Avanzo. Y él, detrás mío,

cuchichea.

"Este fue el que desapareció hace ocho años para

irse a Lisboa a estudiar y mira...!"

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No le oigo, deambulo ensimismado

recordando

cómo era esta ciudad

cómo fueron mis mejores peores meses

de mi vida.

-------------------------- ... valió la pena, ahora lo se.

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V

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En la esquina hay un quiosco y detrás

una librería

y dentro una sección de poetas con el gran descubrimiento

de Visor,

un joven con acné y cara de avispa

que se hace llamar Iken Zabala de Itxazo

Publicó un solo poemario. Ganó el premio de la crítica

y el más popular entre los populares.

------------------ Ganó el exilio, la muerte de la inocencia,

otra manera de hacerse invisible.

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VI

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En la habitación de Iken

recojo correspondencia. Y un sobre sin carta

de una noche de borrachera y miedo

en la que escribí veinte seis poemas y un disparo.

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Hubo un tiempo

en el que las balas eran de saliva

y yo un suicida entre sus brazos.

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Ahora, no puedo morir, soy invisible

no me hieren los enemigos

no me aman

no encuentro razones para huir

ni para regresar

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Escribo esto y cierro el tambor del revólver.

Hoy es ayer. Mañana

saldrá para Lisboa un avión sin tí.

¡







3 comentarios:

Cucaracha homicida dijo...

Es tuyo, Víktor?

¿O lo sacaste de la web aquella de poesía vasca que, por cierto, cuál es?

Lo cierto es que me gusta bastante, sí. Es la primera impresión, prometo ser más concreto en cuanto el tiempo me lo permita.

Un abrazo

Luciérnaga dijo...

yo también quiero ser invisible...

Mayka dijo...

Casi casi, el poema te permite adentrarte en su historia y creer que lo entiendes todo. La gracia está en que siempre queda algo para el autor.

Perdón por estar desaparecida! Las cosas ya vuelven a su cauce, sin exámenes ni viajes, jejeje


Un abrazo!!