Me hundo y en Boya de mar me convierto, enjuagado en un cercano horizonte de vidrio.
Me sumerjo denso en el magma amoratado que estrangula las rodillas hasta el flaqueo, en el rumor inconsciente que atenaza las arterias, en el aborregado graznar de las horas vivas que languidecen en su kilometraje.
Me dejo oprimir en la cuerda que rebana mi cuello, lo rebosa y lo embadurna de este inútil quejío sordo.
Me abandono.
A lo lejos, baila un pelele escafándrico, una pluma que resopla, un sarmiento de dudas. Engarzo un ánimo tras otro y como gusano en larva termino reclamando mi ansia extinta, pues soy marsupial de sueños, mamífero en ciernes que enfrenta su sombra y su cuerpo.
Y entonces salgo al reencuentro, mariposa de fango,
Si tu tiempo se templa,
Si tus nudos se nublan,
Si tu nervio se esmera,
Si tu silencio calla.
Scriers.
1 comentario:
Mamífero en ciernes que enfrenta su sombra y su cuerpo...
Buen poema amigo, por fin te animas. Es cierto que los hay que no sienten lo que sucede a partir de su cuello.
Un abrazo
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