sábado, 1 de noviembre de 2008

Asha


Tenía 14 años, nació en un campo de refugiados

vivía en Somalia, un país donde

lo terrible siempre puede ir a peor,

Asha estaba enferma, padecía epilepsia,

la lapidaron el otro día en Kismayo,

junto a la frontera keniata

o sea la enterraron hasta la cintura,

la ataron de pies y manos y le arrojaron piedras

hasta provocarle la muerte,

mientras una turba enloquecida,

vil y miserable la insultaba,

silenciando sus gritos de inocencia,

condenándola a una agonía atroz,

a una pobre niña de 14 años.


Su delito, ir sola por la calle

la tarde del sábado, cruzarse con

tres santos varones, que

la secuestraron,

la llevaron a la playa y la violaron,

su padre decía que era muy dulce y humilde,

pero ella denunció a sus agresores,

el tribunal islámico que la juzgó decidió

que ella era la culpable

--así borraban todo rastro del crimen, y

absolvió a sus violadores, creyentes de

una religión que ampara a los asesinos de niñas.

El día de la ejecución se juntaron un millar de fieles

a contemplar el espectáculo,

les dijeron que iban a lapidar a una mujer

de 34 años, bígama, prostituta, adúltera,

cuando algunos testigos vieron

que era una niña a la que ponían el capuchón

intentaron ayudarle, pero fue en vano

las milicias islámicas dispararon sus fusiles,

fabricados seguramente por alguna empresa europea

contra ellos,

resultado: un niño muerto y seis heridos.

Este es el pavoroso mundo en el que vivimos

mientras decidimos

tomando otra cerveza, si

estamos o no en crisis.

Félix Menkar

Fotografía by Félix Menkar, se trata de una instalación llamada "doble lapidació" de Josué Perales, exhibida en "La Polaca" Xativa.

3 comentarios:

Jesús Ge dijo...

Acertada entrada, con un final muy duro, Félix. Pero lo suscribo con mayúsculas.

También me había hecho eco de la noticia en El Grito Capicua, me supera la rabia.

BASTA YA!!!

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Jesús ge, así que necesario esto que has escrito.
Un pequeño apunte sobre la forma: tal vez estaría mejor si lo escribieras en forma de texto y no de poema, seguiría teniendo la misma rabia, denuncia, ritmo y desgraciadamente también el mismo grado de realidad.
Saludos.

Sergio dijo...

Me parece muy humano, para bien y para mal, lo de estar rodeados de luces y sombras, y cómo lo describes. La forma, me parece tuya y eso me vale